De cada amor que tuve tengo heridas,
heridas que no cierran y sangran todavía.
Error de haber querido ciegamente,
matando inútilmente la dicha de mis días.
Tarde me di cuenta que al final
se vive igual fingiendo,
tarde comprendí que la ilusión
se destrozó queriendo...
pobre amor que va sufriendo
la tortura más tenaz.
Y ahora que no es hora para nada
tu boca enamorada me incita una vez más.
Y aunque quiera quererte ya no puedo,
porque dentro del alma tengo miedo.
Tengo miedo que se vuelva a repetir
la comedia que me ha hundido en el sufrir...
todo te lo di, todo lo perdí!
Siempre puse el alma entera,
de cualquier manera soportando afrentas,
que al final de cuentas
me quede sin fe.