El perfume de su almohada
Tú lo conoces bien
Y la humedad de sus sábanas blancas también
Que suerte la tuya que puedes tenerlo a tus pies
Sintiendo en tu boca sus besos que saben a miel
Mirando cómo le hablas de amor el tiempo no se detiene
Y nada tengo yo que esperar, aunque me quede en el aire
Que día a día puedes tenerle
Que solo entre tus brazos se duerme
Que tarde a tarde esperas que llegue
Que con ternura curas sus fiebres
Quien como tu
Siempre, como ya es costumbre
Día a día es igual
No hay nada que decir
Ante la gente es así
Amigos simplemente amigos y nada más
Pero quien sabe en realidad
Lo que sucede entre los dos
Si cada quien llegando la noche finge un adiós
Cuanto daría por gritarles nuestro amor
Decirles que al cerrar la puerta nos amamos sin control
Que despertamos abrazados
Con ganas de seguir amándonos
Pero es que en realidad no aceptan nuestro amor