Amigos y camaradas
que me quieran escuchar,
voy a contar el suceso
que le aconteció al Karãu.
Estando la madre enferma
remedio salió a buscar
encontró una concurrencia
y allí se quedó a bailar.
Bailando estaba en la fiesta
con la guaimita mejor,
al oído le decía
que no desprecie su amor.
Allá por la medianoche
heteve jave ovy'a,
un amigo que llegaba
muy triste le supo hablar
Disculpe, amigo Karãu
anive rejeroky
aru ndeve la noticia
omano hague nde sy.
No importa, mi buen amigo,
yo el baile no he de dejar
[embopu katu la polca]
si omanórõ ya, omanóma
hay tiempo para llorar.
cansado al fin de bailar
llegando la aurora
el le dise asu guanita:
hetaitéma rohayhu
mamoitépa oime nde róga.
La dama le contestó:
che róga oî mombyry
rehosérõ che rendápe
ehecha rangue de sy.
Al oír estas palabras
Karãu y se despidió
se fue llorando y diciendo
mi madre ya se murió...
Ko ãga katu aháne
aikóne por los esteros
ha upépe katu amoîne
para siempre luto entero.
Por haber sido mal hijo
castigo le dio el Tupã
le puso un plumaje negro
y le condenó a llorar.