Callado me quedé en tus brazos
La Luna reflejó su luz
Mi rostro se llenó de llanto
Me estabas dando con un beso aquel adiós
Sabía Que no regresabas
Bien sabía que te iba a perder
Y el amor, que en un tiempo me entregabas
Ya no era mío, ahora era de él
Me quedé con el alma marchita
Y mi orgullo en pedazos, se me iba a perder
Y lloré como lloran los hombres
Cuando se enamoran de alguna mujer
Pero sé que yo tuve la culpa por no comprender
Que mujeres ajenas nunca hay que querer
Me quedé con el alma marchita
Y mi orgullo en pedazos, se me iba a perder
Y lloré como lloran los hombres
Cuando se enamoran de alguna mujer
Pero sé que yo tuve la culpa por no comprender
Que mujeres ajenas nunca hay que querer