pasé despacio y saludé a policías y puesteros
del puente nada se nombró por donde la vi asomarse
la larga fila de camiones le volaba el pelo largo
el mío pesaba también, volví y ya no había nada para mí
que no había nada para mí
la carga pesa y alenta
y las huellas te van llevando, clavándote y arropando
pero ves el espejo y volanteás a buscarla como sea
el ansia ciega contra el sol
se lleva otro día en tu nariz
mañana máma voy a vender,
dame un beso y no me esperes.
las cajas ya las entregué
la lona se la dejo al rober.
y voy a seguir a pie caminando,
más arriba, más liviano,
porque siempre está en los puentes
y las rutas chicas ripios que yo piso se deshacen
como el polvo entre mis pasos
bajo un sol que quema el día en tu nariz