Querido Señor, quiero anunciar
que la sanidad tu me tocas.
Y mi fe era más que un grano
sino que corresponde a un batallón de gran tamaño.
Y hablo como sucedió,
romper esa multitud.
Esto fue suficiente para tocar el manto de Jesús,
para aclarar su luz sobre mí.
Mi fe me ha traído la curación.
Mi protesta se trasladó al corazón de Dios
porque vivo en una que promete la curación:
Jesús, Sumo Sacerdote, el Hijo de Dios.
Cuando Jesús toco, recibir la curación.
Él pregunta: ¿Quién juega?
Yo grito: yo lo hice!
Mi fe me llevó a mi curación.
En vivo por la fe en Jesús, Hijo de Dios.
¿Se mueve el cielo.
¿Se mueve el cielo.
También, el corazón de Dios.