Ojos voraces apuntan con pasión
Me vuelves blanco de tus juegos de precisión
Caderas insinuantes, mortales
Soy presa andante
Y morir del placer de matar
Y ese antifaz que te cubre la cara de culpa
No es más que un reflejo de tu vanidad
No intentes callar tus pecados humanos, tus crímenes falsos
Que tanto han marcado tu paz, tu manjar de inocencia y de tranquilidad
Y morir del placer de matar
¿Cuál? ¿Cuál será la recompensa de atrapar tu corazón
Sin destruirme la razón? (sin olvidarme de quién soy)
¿Y a dónde van todas mis fuerzas por un precio sin valor, por el sonido de tu voz?