De un brazo de esta milonga
La noche es larga y es ancha
Las patas de este perdiz
Ya levantan polvo en la cancha
La casa grande se duerme
El rancho chico se espanta
Pero ahí anda ahí una pena
Muy grande en la cañada
Los ombuses se alteran
Las parameras descansan
Las cinacinas despiertan
Al son de la alborada
Al son de la alborada
Las cinacinas despiertan
Se encaya el arado roto
Se rompe el viejo hacha
Dentro del silo vacío
Los ñanduces no se desgranan
Alma herida en el tiempo
¡Del campo que se desangra!