Si lo verde tuviera otro nombre
debería llamarse rocío,
si pudiera crecer desde el agua
volvería a la infancia del río.
En lo verde laurel de tus ojos
el misterio del bosque se asoma
y la vida otra vez vuelve flor de tu piel
bajo un sol de muchacha y arena.
Déjame en lo verde celebrar el día
porque por lo verde regreso a la vida;
yo muero para volver
juntando rocío en la flor del laurel.
Si lo verde supiera tu nombre
la ternura no me olvidaría,
porque viene de vos puro y simple el verdor
como el simple verdor de la vida.
Se me ha vuelto cogollo el silencio
de esperarte a la orilla del rio
y me gusta saber que un aroma a laurel
te llenó de rocío el olvido.