Hechos 16 (El Carcelero)
Hechos 16 (El Carcelero)
Aquel día mi vida cambio
Déjame contarte lo que sucedió
Algo paso que jamás pude ser el mismo
Yo solo trabajaba y trataba de hacer lo mejor
Mas no imaginaba que allá en aquel abismo
Dos hombres distintos a los demás reos
Tenía que cuidar que se fueran a escapar (no creo)
Sujeté manos y pies más de lo normal
Y los metí en el calabozo del final
Heridos, golpeados como hace mucho no veía
Tan fuertes heridas que me dolían
Aunque no me condolía
Tal vez porque no sabía,
Había cuidado y custodiado delincuentes día tras día
Aquella noche éramos muchos,
Pero algo fue extraordinario,
Escuchar a un reo cantar no pasaba a diario,
Sé que no fui el único marcado
Pero no podía entender cómo es que detrás de rejas cantaron:
“Santo, Santo, estamos aquí,
Esperando por ti,
Porque aun atados con cadenas,
Sé que nos libertaras”
Fue impresionante
Había un silencio impactante,
Nadie se quejaba,
Solo la voz de aquel cantante,
Yo, me hacia el dormido en el suelo,
No era fácil mucho tiempo en pie,
Y desde luego de momento pensé
En por que cantan tan contentos,
Que es lo que los mueve para cantar en este momento
Y mientras pensaba,
Algo pasaba, me asustaba,
Y de un momento a otro me di cuenta que todo temblaba,
Algo sobrenatural pasaba,
Yo me paraba y tropecé,
Cuando escuche que las cadenas se quebraban,
Cárceles se abrieron,
Me lamente, pensé que se fueron,
Silencio tan tal que hasta creí que murieron,
Debí pagar con mi vida pues no pude cuidarlas,
Solo escuché el sonido de mi espada al desenvainarla,
Cuando estuve a punto de hacerlo
Escuché una voz que dijo:
“no lo hagas que aun todos estamos contigo”
“Santo, Santo, estamos aquí,
Esperando por ti,
Porque aun atados con cadenas,
Sé que nos libertaras”
//El poder rompió las cadenas,
El poder de Dios abrió la cárcel,
El poder de Dios salvó mi vida,
Más de lo que pueda imaginarse//
“Santo, Santo, estamos aquí,
Esperando por ti,
Porque aun atados con cadenas,
Sé que nos libertaras”
Y yo, carcelero, al ver que todo esto había sido
Porque aquellos hombres cantaban y oraban a Dios,
Corrí hacia el calabozo más profundo,
Y estaban estos hombres, y al verlos
Me arrodille con lágrimas en los ojos y les dije:
“¿Qué debo hacer para ser salvo?”
Y uno de ellos me contesto:
“cree en el Señor Jesucristo,
Y serán salvos tú y tu casa”