Siguen pasando aviones, parten en dos el cielo. Siguen en guerra los corazones a ras de suelo.
Siguen pasando noches, aunque yo ya no duermo. Pasan tan bien lentos los días mientras yo los pierdo.
Aun no me acostumbre a hablar de ti en pasado; la casa es un desierto helado.
Huele a resaca de alcohol y de días dorados. Me huele que no volverás... a mi lado.
Sigue cayendo lluvia pero tu no te mojas. Sigue caprichoso el otoño cubriendo el suelo de hojas.
Sigue en la mesa el libro, que nunca comenzaste. Sigo haciéndome a la idea de que te largaste.
Aun no me acostumbre a hablar de ti en pasado; la casa es un desierto helado.
Huele a resaca de alcohol y de días dorados. Me huele que no volverás... a mi lado.
Que si te lleva el olvido ojalá sea conmigo.
Que rápido se puede pasar de ser el mejor a ser tu enemigo.
Ojalá te acuerdes de mi, ojalá no tiemble tu mano, ojalá me griten tus labios: ¿cómo te va todo? A veces te extraño.
Ojalá si lloran tus ojos, que sean porque mueres de risa.
Ojalá que a tu corazón, en lo de olvidarme, no le entre la prisa.
Ojalá que a tu corazón en lo de olvidarme no le entre la prisa, no le entre la prisa.
(Gracias a Anabel por esta letra)