Al borde del pirineo
Mirando al invierno me acuerdo de ti, nevando hacia el norte y ahora sin mitad de todos lo recuerdos que yo ya perdí, sabré por lo menos que fueron verdad. El viento despeina a orillas de mar, me siento en silencio y empiezo a pensar que la vida es muy corta y que sólo al final será el infinito el que pueda aclarar.
Todas las visiones, todo los te quiero, todo sentimiento que pude tenerlo, que quise creerlo y sólo sostenido fue un bemol perdido en este crudo invierno.
De notas caídas cual copos de nieve, octubre que pasa y noviembre que viene, se hizo diciembre, sin quererlo enero, un febrero más frío al quedarme sin besos.
Tus besos mi vida, recuerdo una historia que no tiene nombre, pero sí memoria, escrita en las hojas, plasmada en el cierzo; no somos más que los hijos de un cuento, perdido en el tiempo, en un nunca jamás, los niños perdidos sabrán de que va y si no sintonizas mi voz no me importa, sólo fluye aquí el violín y sus notas.
Es magia cedida por un bosque cerca del monte perdido a orillas del isuela, intento igualar lo que hice y no puedo, soy un poeta loco, su musa se ha muerto. Princesa, de una leyenda que mantengo viva, yo en estas canciones me juego la vida, basada en la dulce obsesión de las horas siento como agujas me tocan. Déjame que viva en esta fantasía, caídas las hojas por culpa del clima, sin tu compañía, si tú no sabías dejé que te fueras porque no podía hacer que tu sonrisa fuera la de antes, aquella que sola hace un punto y aparte, tú eres lo más grande y si no lo sabías, me fui al pirineo a gritarlo en la cima.
Pelirrojo sueño es el de tus abrazos, ojos libertarios son ahora escenario entre tanta maleza, al final es lo mismo, palabras vertidas yo mientras dormido. Sueño contigo, no sé que me has dado, ni loco he quedado de tiempos lejanos cerrados del todo y no para siempre, noches pasan lentas pensando en si verte.
Quererte, perderte, saber lo que sientes, tal vez de repente me escuchas, te pierdes conmigo entre rimas, destino consciente, que seas la dueña de letras que vierten como una cascada de los pensamientos, digo te he olvidado y así como miento pierdo los papeles que robé leyendo pirineo lienzo en que grabo este texto.
Y plasmo estos versos y yo sólo cuento las hojas cayendo mientras miro al cielo, pasando las nubes al igual que el tiempo, se van deformando por causa del viento, y así represento tu ausencia, tus besos como aquella ninfa que dijo lo siento desapareciendo siendo sólo un sueño, conté haberte visto, y no sé ya si miento.
El cruel reflejo en agua cristalina de nuestro recuentro en esta fantasía será otra epopeya que en esta montaña cantaran juglares el día de mañana.
El eco al borde mirando a mi tierra que yo sólo quise poder llamar nuestra, siempre me quedará la naturaleza, pensar en que al menos tuve la certeza de que nuestros nombres están en ordesa, estuve sin ti, lo escribí en la corteza, seremos eternos igual que este bosque, magia antigua celta perdida en el norte mirando al futuro, ya que soy su dueño, no quiero tu vuelta, quiero tu regreso. Perder lo que tuve y guardar lo que tengo, escuchar el eco al borde del pirineo