Al despertar la purpurina aurora
Al despertar la purpurina aurora,
en el perlino cielo encantador,
aun cuando el astro matinal fulgura,
grato es pensar que estoy con mi Señor.
Con Él estoy en la flotante sombra,
cuando al sereno canta el ruiseñor
y la natura en armonioso coro,
perenne los rinde al gran Creador.
Cual suave luz del astro matutino,
que se refleja en el tranquilo mar,
así en las aguas quietas de mi seno,
place al Señor su imagen al contemplar.
Con el estoy, mi corazón no llora,
si extingue el sol su nítido arrebol.
Que tras la noche brota el alba aurora,
y tras la aurora el refulgente sol.
Al reposar mi ser en dulce sueño,
la vista elevo al cielo en oración,
confiando en Dios que alguna vez radiante,
despertaré en la celestial mansión.
Oh, que será cuando en la excelsa gloria,
el alba rompa en su perennal fulgor;
aun mas sublime que los altos cielos,
será mirar el rostro del Señor.