En las alas de lo perdido la vida escribe
lo que los hombres desdichados no comprendemos
Alas de mariposas de un ciego luto,
atadas al destino de lo que haremos
Y prodigan su lluvia plena de alegorías
para que no nos mate un rayo de luz divina
Mientras el diablo agita sus cascabeles
ella escribe afiebrada nuestros deberes
“Ahora yo debiera ser incandescentemente claro”
para que no olvides a esos pueblos desolados
Devastados, inmolados, degradados y olvidados
Suspendido en el polvo necio de nuestras guerras
hay un ángel que no se explica sus alas negras,
padece del estigma de nuestros sueños,
llora y llora en el fango de nuestro infierno
Llorará lo que nadie a llorar se atreve
Dicen que en ese llanto la muerte bebe