Sólo canto por vos
bebiéndome la luz del alba,
cálida y febril llegas hasta mí
en cada verso, cada palabra.
Sólo canto por vos,
sangrándome la voz en llamas
como sangra el sol su infinita luz,
sobre las abras de la mañana.
Me alcanza la luz certera
de tu mirada que siempre encuentra el modo
de desandar un poema, canción eterna,
y que no me deje solo.
Como mi voz que desnuda el viento,
la zamba que nace y muere por vos.
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Yo quisiera tan sólo besarte,
aún sin darte tu beso soñado,
pero quiero rezar en tu boca
la ardiente plegaria que sangran mis labios.
Sólo quiero rezar en tu boca
la ardiente plegaria que sangran mis labios.
En la alta cruz de tu mirada
que yo mismo aferré a mis sentidos,
el destino me ha crucificado
cerrando la puerta que cruza el olvido.
El color de aquella noche encendida,
este poema que yo nunca, nunca he terminado, te lo juro,
y la pasión, y la razón, y los pecados,
y este modo de amar y este grito olvidado.
Como un rayo has llegado a mi vida
robándome todo y la zamba que canto.
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Quisiera ser una gota de sal
nacer en tu piel una y mil veces,
quisiera ser un amanecer
para llenarte de mí cada vez que despiertes.
Quisiera ser un amanecer,
volverme luz en tus ojos cuando despiertes.
Quisiera ser amo, amo y único dueño
del tiempo y llevarlo al encuentro contigo,
quisiera ser el final del camino
para tener preparado y cumplidos tus sueños.
Quisiera ser el final del camino
y a donde quiera que vayas ser tu destino.
Quisiera ser los poemas del alba,
y llegar a ti, llegar a ti y beber tu rocío,
quisiera ser ecos en el silencio
cuando tu alma se vuelva huracán dentro mío.
Quisiera ser en tus sueños
la estrella fugaz y cargarte en mis alas,
llevarte conmigo.