Soy bailarín de los montes,
nacido en la Salamanca
acompañado de un bombo
yo vengo de tiempos ñaupas.
Quién sabe qué viejo diablo
quedó prendido en mi danza.
La tierra que late,
el monte un incendio,
presagios de muerte,
lejos retumba un legüero.
Quiero una nota dolida
que quiebre tanto silencio.
Ya todo es lo mismo:
mis pies y la tierra,
el ritmo es el dueño
del corazón y sus penas.
Soy bailarín de los montes,
nacido en la Salamanca.
Me bautizaron los parches,
era una tarde de enero
girando sobre el salitre
viejas mudanzas de fuego.
Bailaron todos los diablos
como si fuera un incendio.
Recuerdos de antaño
que nunca se pierden
detrás de un repique
de lejos siento que vuelven.
De contrapunto la vida
bailando está con la muerte.
A veces me gusta
jugar con mi suerte
y bien sincopado
malambo adentro perderme.
Soy bailarín de los montes,
nacido en la Salamanca.