Te juro que esta noche no hay límite imposible.
Los párpados cerrados, fundidos los fusibles,
Los dos enloquecidos, a punto de estallar,
Las sábanas inquietas como un barco en alta mar.
Rozando las paredes de nuestra habitación,
Convirtiéndonos en humo, en pura posesión.
Te juro que esta noche, cuando hagamos el amor,
El cielo y el infierno no tendrán casi valor.
Mío, porque yo te doy permiso, mío, bienvenido al paraíso.
No pasa por mi vida cualquier imitador,
No traspasa quien no llega hasta el fondo como yo.
Y sólo una persona tan sencilla como tú
Me rompe los esquemas, me quema la quietud.
Mío, porque yo te doy permiso, mío, bienvenido al paraíso
Que yo tengo para ti, aquí.