El más sabio de los mortales o el más infame bandido
La salvación a través del agua he elegido
Por sobre la de los rayos celestiales
Más aún venciendo a la muerte no logré eludir mi castigo
No reconozco mandatos divinos
En mi sufrir, soy dueño de mi destino
Reincidente, soy el proletario del averno
Que contempla eternamente su tormento
Silenciando a todo ídolo con mi suplicio
Soy el ciego que desea vеr en la penumbra
Aún engullido por las sombras, insisto еn mi vicio
Marchando sin tregua hacia el precipicio