Estas violetas que ayer
Pusiste cariñosa con ondo fervor,
Las guardo como emblema de un amor,
Que vieron ya mis ojos perecer
Entre la boriente bruma de un truendo dolor...
Ellas, tal vez, me dirán
En su lenguaje frío con mucha expresión:
Que en vano espero que ha de regresar
El ave del amor que supo dar
Un mundo de gorjeos mi corazón...
Y en esta lucha del mal
En la copa de mi juventud,
Bebo el vino fatal
De la fuente de tu ingratitud...
Pues, el destino mortal
Ha extinguido mi flor de virtud;
Y juntito a las violetas
Que me diste un día,
La melancolía
De mi desencanto,
Me castigan tanto
¡Que no puedo más!...