El Amigo Moises
Hiperactivo, tal vez; pero no mala persona,
así era hasta ayer el buen amigo Moisés.
Bromista a más no poder, pero ahora,
ahora ya es distinto, narraré un poco su historia.
''Échenme el Canelo a mí''
decía unas horas antes,
su sonrisa de metal,
bien fría su Corona Light.
Una reunión especial, para él lo más importante.
No podía estar mejor, pero la pelea acabó,
su curso siguió el relój,
''¿La seguiremos o no?'' eso fue todo un debate,
¿y después qué pasó? pues pasó lo inevitable.
El box se fue a decisión, y nosotros a seguirla,
y de nuevo en la reunión ya con poco más alcohol,
uno agarra más valor ¡oh sentía mi despedida!
Les hice saber a todos lo mucho que los quería.
¿Y para qué cuento más?
Si aquí es donde entra lo malo,
el amor al Cruz Azul me lo llevo al ataúd;
pero es más grande el amor a mi hija, lo más sagrado.
Es tonto decir adiós, no me extrañen, no me voy,
sólo hallé un sitio mejor.
Y sepan que donde estoy: voy a seguir charoleando,
un día grité ser Quintero, y lo seguiré gritando.