Durante un tiempo del día,
Yo no soy pero me recuerdo,
Me veo subido a una nube,
Descansando sobre el mar,
Escuchándolo cantar.
Corriendo hasta temblar las piernas,
O sentado en la plaza estoy,
Veo que necesito un poco de sol.
Una luz sin fronteras,
Un viento que sople,
Avive este fuego,
Que alcanza a mi voz,
Un ritual sin condena,
La voz de un amigo,
Un vaso de vino,
O un poco de amor.
Pasadas las cinco despierto,
Y una flor que me seduce,
Me guía, me hace compañía,
Me divierte al caminar,
Me hace verme un poco más.
No me obsequies tu placebo,
Yo no estoy enfermo, no,
Tan sólo, necesito un poco de sol.
Que venga una luz sin fronteras
Una luz sin fronteras,
Un viento que sople,
Avive este fuego,
Que alcanza a mi voz,
Un ritual sin condena,
La voz de un amigo,
Un vaso de vino,
O un poco de amor.
Que venga una luz sin fronteras.
(Marcos Vinicius Meiado)