Ahora puedo ver
tu inocencia cruel
desnudándose.
Maldita obsesión.
Un disparo certero
entre los ojos.
Impenetrable don,
bajo tus pies…
Tan mal – allá no lo hace tan mal.
Cada vez que vuelve a casa,
ella no lo hace tan mal.
Esa luna nos golpeó
derramando miel,
sobre una cama.
Dorada obsesión
de un hombre con sed
en el desierto.
Ya no podrás volar,
tan lejos…
Ya no estarás,
No esperes más de mí.