Las palabras perfectas para decir adiós. La única forma de pedir perdón. Dejé el mundo atrás y construí estas paredes y me prometí jamás regresar.
Yo no pude cumplis (mis promesas) y enterrés mis ilusiones, por no podes vencer (mis demonios). Voy a hundirme acá, con tus anclas en mi cuello.
Quizá jamás pueda evitar la nostalgia. Esta es mi vida encerrada entre escombros. La historia que jamás voy a contar.
En verdad esto se siente tan mal. La desesperación desgarra mi garganta. No puedo continuar con esta soga al cuello, no puedo continuar... perdón.