De a poco se opaca un retoño al notar
Que al turbio silencio lo tiende una voz
La voz del canillita los domingos
El asado con partidos
Y una siesta sin reloj
Pensar que ha sido en vano haber crecido
Si hoy te pasan los recibos
Y perdés, por sacar flor
La radio encendida en el corazón
Hacía que cante la vieja su amor
Color de aquellas fiestas que aún no llegan
Que alegraban la verbena de este tieso perdedor
Ya ves, el tiempo compró su castigo
Y resignate, es bendecido el que te vende lo peor
Deja, ¿pa' qué? No te apurés
Si los amigos traicionan
Las minas se van con las horas
Y el mango te empieza a escasear
Deja, ¿pa' qué? ¡No da entender!
Si bien andabas otrora
El revoque se cae
Y la soga que cuelga
A esta altura te pone de pie