Sólo sé que nunca sabré nada
del amor, tus cosas, tus desgracias,
de lo que me dices cuando me hablas,
sólo sé que nunca sabré nada.
Sólo sé que nunca sabre nada
de lo que hay oculto en tu mirada,
puede que me esté volviendo loco,
pero es que no entiendo qué te pasa.
Puse mi mundo en tus manos;
si te mueves yo me caigo.
Sólo sé que nunca sabré nada,
eso lo aprendí sobre la marcha,
mucha vida y pocas cosas claras,
tanto mundo y yo sin saber nada.
Puse mi mundo en tus manos;
si te mueves yo me caigo;
puede que te sepa a poco;
mi mundo en tu mano, mi mundo en tu mano.
Una vida por vivir,
un mundo por delante,
muchas ganas de salir
sin saber hacia que parte.
Y el sabor del desamor,
y el color de la venganza,
y la luz de la ilusión,
que se enciende y que se apaga.