Gracias otra vez por sobrevivir, acá.
Si fuera un perro que no tiene hogar ,me perdería en la prisión
Con el hocico viejo de ver pasar, caricias por ser buen pastor
No sabría entre los dientes, cuándo volvería a comer
Arrastraría sola mi destino, para aullar hasta el amanecer.
Llovería sobre mi pelo, porque ningún techo es mejor
Que el de seguir buscando sin descansar
Las huellas de un hueso de amor
Y gracias por sobrevivir
Por enseñarme a resistir
Son hijos de la dignidad
De la plaza fría , del mar
Qué hacemos (hoy) con todo ese amor abandonado,
que se pega a las piernas de la gente que pasa
Qué hacemos con todos los hocicos
que rebotan en las mangas de los sacos que prometen una casa
Abrir una puerta a la sensibilidad, recapacitar, algo
Y ponerse a trabajar, devolverle a los perritos,
aunque sea la mitad, lo digo pero no rito, de lo que perdieron,
practicando lealtad, a un puñado de pioneros, de la mediocridad
Centrar los sentidos vivos, en la misión de rescatar,
a esos peluches, cautivos de nuestra frivolidad
Lo digo para que escuches, y luches, con libertad
Para abrir, un techo el pecho, por amor a la verdad.
Gracias otra vez por sobrevivir, acá.
Los colmillos de la calle, son colmillos en la prisión.
Mientras la gente se cansó de amar
Cada perro se murió de amor.