La devoción sorprende
como al que más al mejor
saber llorar no ofende
tus ojos no hay dos
tus ojos no hay dos.
Sin ocultar defienden
por no evitar la atención
al apagar se encienden
tus ojos no hay dos
tus ojos no hay dos.
Que malestar pretenden
si no escuchas su canción
cuando muchos otros prenden
tus ojos no hay dos
tus ojos no hay dos.
Hay otros que se venden
también los hay de ocasión
para aquellos que los pierden
tus ojos no hay dos
tus ojos no hay dos.