Escondido entre montañas,
malherido en sus entrañas,
se muere un viejo corazón.
Tantos años que pasaron,
tantas cosas le enseñaron,
que podría no dejar de hablar
Jamás, jamás…
Desde el pasado hasta la eternidad
se ha limitado a ver pasar
buenos y malos tiempos.
Sin gemir, sin lamentar,
con secretos que guardar
de ti y de mí
y de otros tantos cientos.
Todo lo más un día quisiste caminar
sin saber que todo llevaba a ti…
todo empieza en ti y en ti acaba.
Todo lo más fue permitirte celebrar
cada pequeña ilusión
con la sonrisa dibujada.
Cada caricia que viste regalar
hizo un herida difícil de curar
en tu alma y en tu cuerpo.
Cada pasión que terminó
te clavaba una daga en el corazón
impregnada en veneno.
Y no hay nada más que la pasión por desbordar
abrazados a tus pies,
jugando a robarse el aliento.
No es nada más que la sombra del lugar
donde van a perder
la razón y el pensamiento…
Llora el sauce sin razón,
desconsoladamente.
Se entremezclan junto a él
cuerdos y dementes
que le cantan su canción,
tan pausadamente
que le cuesta decir no.
Llora con desolación,
se le parte el corazón
cuando alguien decide no volver….
Llora el sauce sin razón,
desconsoladamente.
Se entremezclan junto a él
cuerdos y dementes
que le cantan su canción
tan pausadamente
que le cuesta decir no.
Llora el sauce sin saber
que sus lágrimas se escapan
para volver a nacer…
Llora con desolación,
se le parte el corazón
cuando alguien decide no volver…