Te caés,
mordiendo el anzuelo de trampas de ayer,
jugando el partido sabes que perdes,
y volves,
A estar preso en esta carcel de niebla
y sin arranque, mordes,
otra vez.
Y perdés,
conciencia y cordura, te cuesta entender,
las noches que rugen se vuelven ayer,
y olvidás,
que no hay dudas sobre nuestras creencias:
el valor se te va
y no lo ves.
De otra vez que no podes arrancar,
Los momentos que se van a escapar,
Porque todo en este mundo se va.
Y aunque sientas que me duele
Y que nada se detiene
Mi voz siempre te va a acompañar.
La razón,
que es plena en conciencia de la situación,
te quiebra el sentido y te cambia el olór;
y el dolor
se te escapa entre los dedos como agua
y se te va la función,
cruel adiós.
De otra vez que no podes arrancar,
Los momentos que se van a escapar,
Porque todo en este mundo se va.
Y aunque sientas que me duele
Y que nada se detiene
Mi voz siempre te va a acompañar.