Yo era el rey de este lugar,
vivía en la cima de la colina,
desde el palacio se veía el mar
y en el jardín la corte reía.
Teníamos sol, vino a granel,
y así pasábamos los días,
tomando el té, riéndonos al fin
¿Por qué murió la gente mía?
Yo era el rey de este lugar,
aunque muy bien no lo conocía
y me habían dicho que atrás del mar
el pueblo entero pedía comida.
No los oí... ¡qué vil razón,
les molestaba su barriga!
Yo era su rey, así lo dijo Dios,
yo era el amor, la luz divina.
Yo era el rey de este lugar
hasta que un día llegaron ellos
gente brutal, sin corazón,
que destruyó el mundo nuestro.
¡Revolución! ¡Revolución!
cantaban las furiosas bestias.
La corte al fin fue muerta sin piedad,
y mi mansión hoy es cenizas...
¡Libertad! ¡Libertad!
Yo era el rey de este lugar
tenía cien capas de seda fina,
y estoy desnudo, si quieren verme,
bailando a través de las colinas
bailando a través de las colinas
bailando a través de las colinas
bailando a través de las colinas
bailando a través de las colinas
bailando a través de las colinas
bailando a través de las colinas
bailando a través de las colinas
bailando a través de las colinas.