Yo
estaré contigo
ya sea junto a ti
como sin ti.
Tú,
tú no estarás
nunca sin mí
ni junto a mí.
Bajo tu piel
atrapas un deseo intenso,
y tú abrazada a mi espalda lisa, tú,
tú sobre mí,
señal sedienta sobre el cuello
y tenso el cuerpo, entero tenso, dentro.
Señal de luna y polvo en los cristales,
hay en tus ojos un sitio en que posar los míos.
Como chacales con uñas
de rapaces.
Sobre la piel labios que ven
que no hay
estrellas ni clemencia
en esta jaula.
Mañana no llegará,
la mañana no será.
Mañana nunca será.
Mañana no, no será,
la mañana no vendrá.
Mañana no será más.
Los dos jamás,
tan sólo tú y yo.
Nosotros no.
Tendido amor,
más que desnudos, desnudados,
y nuestra cama, fuego y nido, ardiendo.
Y la esperanza es una noche, algo larga,
en que no hay siquiera un rostro,
no queda un cuerpo, todo queda suelto.
La sensación de músculos sin fuerza.
Somos dos seres, un sólo abrazo extenuado.
Y el gusto es cosa
de piel
bajo la ropa,
nuestra cintura
medio muda,
piedra
seca.
Ojos de duda,
gesto gitano
Mañana no llegará,
la mañana no será.
Mañana nunca será.
Mañana no, no será,
la mañana no vendrá
Mañana, mañana
tú y yo moriremos
para ser de nuevo.
Mañana no llegará,
la mañana no será.
Mañana nunca será.
Mañana no, no será,
la mañana no vendrá.
Mañana no será más.
No hay mañana.