¡Cómo caíste del cielo, oh lucero,
hijo de la mañana
cortado fuite por tierra,
tu que debilitabas a las naciones.
Tu que decías en tu corazón:
Subiré al cielo; en lo alto
junto a las estrellas de Dios
levantaré mi trono,
y en el monte del testimonio
me sentaré, a los lados del norte;
sobre las alturas de las nubes subiré
y seré semejante al altisimo.
Mas tu derribado eres
hasta el seol
a los lados del abismo.
Se inclinarán hacia ti los que te vean
te contemplarán diciendo:
¿éste es aquel varón
que hacía temblar la tierra,
que trastonaba los reinos;
que puso al mundo como un desierto,
que asoló sus cuidades,
que a sus presos nunca abrió la cárcel?