Pero a mi...
De mirada envenenada,
pupilas como puñales,
clavándose como espadas,
dejándome mil señales.
Sus manos como pistolas,
sus uñas igual que balas,
su corazón de escayola,
esta canción que lo avala.
Mas me resulta imposible
no regalarle mi vida,
no creerme lo increíble,
no darle lo que me pida,
pero a mi…
¿ Quién me cura las heridas?
Sus abrazos congelados
enfriándome la sangre,
sus arrumacos usados,
su saliva de vinagre.
Besos de segunda mano,
labios de segunda boca,
un temporal en verano,
un rompeolas sin rocas.
Mas me resulta imposible
no regalarle mi vida,
no creerme lo increíble,
no darle lo que me pida,
pero a mi…
¿ Quién me cura las heridas?.