Nadie te mata, tan solo mi memoria
La soledad, la espera, el desaliento
Estas ganas de ahogarme en el lamento
Con que tejo tu presencia ilusoria
Nadie te mata sino la propia gloria
No la furia del Dios, no el leve viento
Pues el regreso se quedó en intento
Te mata la epopeya, esa es la historia
Ese es tu sueño, un reino dividido
La deriva, tu único trofeo
Y tu misión, la eterna travesía
Ya penetra la nave en el olvido
El amor queda lejos, Odiseo
Si pudiera esperar, esperaría