Yo esperaba
Yo esperaba con ansia al señor,
y El, se inclinó a mi,
y El, escuchó mi grito.
Me levantó, afianzó mis pies sobre la roca,
aseguró mis pasos, me puso en la boca un canto nuevo,
me puso en la boca un canto de alabanza a nuestro Dios.
Muchos al verlo quedaron sobrecogidos.
Muchos al verlo confiaron en El Señor.
Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en El Señor.
Dichoso el hombre que no acude a idolatrías que extravían con engaños.
Cuantas maravillas haz hecho tú, Señor, Dios mio.
Cuantas maravillas, cuantos planes en favor nuestro.
Él es incomparable, intento decirlas, intento contarlas,
pero superan toda descripcion.
Sacrificios y ofrendas, no los quieres,
pero me haz abierto los oidos.
No pides holocaustos ni victimas.
Entonces, yo digo: Heme aqui.
En el texto se escribe de mi,
he de cumplir tu voluntad
y hoy quiero, Dios mio, llevo tu ley en las entrañas,
he proclamado el derecho a una asamblea numerosa,
no he cerrado los labios.
Señor, tu lo sabes, no me he guardado en el pecho tu justicia,
he anunciado tu verdad, he anunciado tu salvacion,
no he negado tu lealtad y fidelidad a la gran asamblea.
Por eso, Señor, no me cierres las entrañas.
Por eso, Señor, que tu lealtad, que tu fidelidad, me guarden para siempre.