Ese, como tu lo llamas
el que hoy ocupa tu lugar.
Ese, el que vive atado
y según tu a mi voluntad.
Ese me cerró la herida
la que abriste día a día tú.
Ese me alargó la vida
al quitarme el puñal,
el veneno fatal, que me diste tú.
Ese me comprende
ese si me entiende
ese si me escucha
y jamás se ofende
ese me da todo
con mejores modos
y se juega entero en lo malo y lo bueno.
Ese se preocupa
ese si me ayuda
ese que me espera
es mi compañero
y ha de serlo siempre
aunque tú no quieras
ese el que vive y se desvive así por mí
porque ese, ese estúpido ese
el que llamas el tonto, el bueno, el loco
es mi gran amor.
Ese, como tu lo llamas
no es otro que mi amo y señor.
Ese, el que se desvela
hasta no ver que llego yo.