La semilla siempre germina
aunque nos neguemos a verla
y siempre nos dio vergüenza abrir las puertas
espejos rotos por dar reflejos equivocados
y nos molesta lo ajeno mas que lo cotidiano
Evitar encontrarse con lo nuestro
nos absuelve de negarnos a veces
Y dejarse llevar y no entender
echarle la culpa a los demás
y dejarse llevar y no comprender
que el enemigo duerme en casa
La respuesta mas torpe es la que aprendimos
siempre esquivando miradas
sintiéndonos perseguidos
tenemos mucho que ocultar
y nunca sabemos que trataremos de ocultar
viejos recuerdos
Heridas que no cicatrizan
relatos oscuros de batallas perdidas
entre muebles mudos
El enemigo duerme en casa
en el sofá, en el comedor
en la cocina, sobre este almohadón
en el cuarto vacío, en el cuarto contiguo
en el fondo o en el altillo
en el hall o en el piso de abajo
en la biblioteca
entre sábanas viejas
en la otra cama, en la misma pieza
en nuestra misma cama
en el cuarto de arriba