Viejo Gómez, vos que estás
de manguero doctorao
y que un mango descubrís
aunque lo hayan enterrao,
definime, si podés,
esta contra que se ha dao,
que por más que me arremango
no descubro un mango
ni por equivocación;
que por más que la pateo
un peso no veo
en circulación.
Dónde hay un mango,
viejo Gómez?
Los han limpiao
con piedra pómez.
Dónde hay un mango
que yo lo he buscado
con lupa y linterna
y estoy afiebrado?
Dónde hay un mango
pa darle la cana
si es que se la deja dar?
Dónde hay un mango
que si no se entrega
lo podamos allanar?
Dónde hay un mango
que los financistas,
ni los periodistas,
ni perros ni gatos,
noticias ni datos
de su paredero
no me saben dar?
Viejo Gómez, vos que sos
el Viancarlos del gomán,
concretame, si sabés,
los billetes, dónde están?
Nadie sabe dar razón
y del seco hasta el bacán
todos, en plena palmera,
llevan la cartera
con cartel de defunción
y, jugando a la escondida,
colman la medida
de la situación.