A mí me gusta el tango, pero el tango,
aquel que fue tildado de guarango;
que entró a copar la banca a los lanceros
con su alma de arrabal y de pañuelo.
A mí me gusta el tango, pero el tango
que, pese a que era huraño y era guapo,
sabía con acento sensiblero
entrar al corazón
de las parejas de ayer.
Tango como ese
del tiempo de antes,
medio sencillo,
medio compadre;
con sus desplantes
como era el tango
cuando era tango
con otro traje.
Tango como ese
del tiempo de antes,
agua florida,
luz de puñales;
tango que añoran los arrabales,
tango de un tiempo
que dio que hablar.
A mí me gusta el tango pero el tango
que me hable de arrabal y de fandango;
el tango de pañuelo y alpargata
que selle cada corte con su marca.
A mí me gusta el tango pero el tango
que tenga cara triste y gesto guapo,
que apriete en la cintura de las mozas
la mano del varón
como un reclamo de amor.