Y llegaste, como un ave,
A un sombrío y, cruel paraje,
Donde el frío, arremetía,
Anidaste entre las musas, que morían.
Fuiste huésped, transparente,
De mi almohada y, de mi mente,
Fuiste muelle, y luego amarra,
Fuiste arena, tierra firme y, catarata.
Que, hermoso fue,
Flotar, por tu sudor,
Volar, sobre tu piel,
Sentir tu mano apretando y tu peso asfixiando,
Tu aliento incendiando este cuarto despacio,
Tus besos ahogando mi paz,
Golpeando como agua de mar,
Y tu mano apretando y tu peso asfixiando,
Después el silencio total.
Tus besos ahogando mi voz,
Mi cama empapada en tu olor,
Y tu mano apretando y tu peso asfixiando,
Se eclipsan, la luna y el sol,
Que no muera el, amor.
Que, hermoso fue,
Flotar, por tu sudor,
Volar, sobre tu piel,
Sentir tu mano apretando y tu peso asfixiando,
Tu aliento incendiando este cuarto despacio,
Tus besos ahogando mi paz,
Golpeando como agua de mar,
Y tu mano apretando y tu peso asfixiando,
Después el silencio total.
Tus besos ahogando mi voz,
Mi cama empapada en tu olor,
Y tu mano apretando y tu peso asfixiando,
Se eclipsan, la luna y el sol,
Que no muera el, amor.
Si tus fuerzas, desfallecen,
Si el amor, se te muere,
En tu almohada, deshabitada,
Yace frágil, y silente, tu esperanza.