Hubo una vez un cuentacuentos en tu vida,
que en una historia un tanto abusurda se perdió,
llegaste hasta sus sueños sin aviso
en una noche tan oscura como hoy.
Dejaste que te hablara de un desierto
en donde viven hombres sin edad,
y de tierras de hielo donde se editan libros
con cartas de los naúfragos al mar.
Recuerdas que te hablaba del deseo,
jugando al ajedrez en Shangri Lah,
de una ciudad perdida en una nube
de donde caen las lágrimas al mar,
de un ángel que apostó que no me amabas
y de la espada que yo le gané,
de que escalé la curva de tu espalda
queriendo conquistar tu desnudez.
Y tu, me hiciste el cuentacuentos de tu vida,
y yo, como un bufón perdido ante tus pies,
y tu, dejaste que curara tus heridas,
y yo, no se que hacer con todo nuestro ayer...
Recuerdas que una noche en la escalera
te regalé un deseo para San Juán,
y tu pediste ahora lo comprendo
que comenzara ya tu libertad,
pués de esa noche me ha salido un cuento
que siempre trato de no terminar,
por si en los ojos de otra te encuentro
y me recuerdas, y decides escribir otro final.
Y tu, me hiciste el cuentacuentos de tu vida,
y yo, como un bufón perdido ante tus pies,
y tu, dejaste que curara tus heridas,
y yo, no se que hacer con todo nuestro ayer.
Y tu, te has convertido en todas mis mentiras,
y yo, no pude ser uno de tus porques,
y tu, le vas contando al mundo que me olvidas,
y yo, le cuento a quien me escuche que te amé,
Que te amé, que te amé, que te amé.