Al tocar sus labios, me tiró al piso,
Y, luego en sus brazos, supe de mis vicios,
Empecé a hacerme, la historia del cuerpo,
Sin en la entrepierna, guardar los deseos.
Uno, nunca va, con la intención,
De cicatrizarse el corazón.
Me mojé en la risa, al mismo momento.
En que hizo noticia, su tacto en mi cuerpo,
Me dejó desnudo, hasta el esqueleto,
Tanto, que creí, ver mi piel por dentro.
Uno, nunca va, con la intención,
De cicatrizarse el corazón.
Y de tanto tacto se, quebró el encanto,
Y hoy por, la experiencia, busco aquel orgasmo.
Uno, nunca va, con la intención,
De, cicatrizarse, de cicatrizarse,
De cicatrizarse, el corazón.