Vi traspasar a través de las vidrieras la tenue luz.
Se proyectaba el reflejo de las velas
En el azul del agua oscura.
No me bastaban las estrellas,
Ni el canto de los avefrías,
Ni como silban los juncos en la calma,
Tan sólo anhelo un alma
Algo no distante del descontento perturbó
a la criatura silvestre por primera vez desde
que fueron hechos los marjales. la pequeña criatura
silvestre anheló tener alma e ir a venerar a dios.y cuando
las oraciones de las vísperas terminaron
y se apagaron las luces, volvió llorando entre los suyos.