Anoche tu y yo jugamos
a ese juego en el que tú,
siempre sales vencedora.
Me enseñaste mil sonrisas
bajo un techo de estrellas,
el de tu habitación.
Las canciones de Bob Dylan,
las de Lole y Manuel,
me hacen hasta daño
y con ellas me torturo,
hasta que el alma, me dice:
¡Basta ya! Mejor hazte sangre,
¡Basta ya! Mejor pasar hambre.
Todo pruebo con tal de alargar mis noches
y por más que quiera, siempre llega el alba
y amanece que no es poco, vuelta al infierno.
Hoy ya ves, estoy llorando
en el mismo rincón,
donde vengo a vomitar
cada noche que mi cuerpo, me dice:
¡Basta ya! Y mejor te escondes,
¡Basta ya! Tú ya sabes donde.
Ves corriendo a donde el alba no te queme,
ves soñando y olvida que mientras tanto,
amanece que no es poco, vuelta al infierno.
¡Basta ya! No tienes remedio,
¡Basta ya! Y echa un ojo al cielo.
Amanece que no es poco, vuelta al infierno.
Amanece que no es poco, seguir fingiendo.
Amanece que no es poco, vuelta al infierno