En las ramas del manzano
se trasluce el sol;
en las tardes apacibles,
brisa y son.
En la sombra del cercado
anda un tejedor;
sueña gente del pasado
con su amor.
Ahora que el mundo está cambiando,
te estás desdibujando
frente a nuestros ojos.
Mi alma llena de anhelos
se aferra a nuestros cielos
de luz y color.
En las horas del ocaso
caen las hojas con dolor;
en las sombras de las huertas,
Chimayó.
El invierno de improvisto
el fin vislumbró;
en los montes Sangre Cristo,
Chimayó.
Yo te estaré buscando,
la primavera esperando,
mis memorias con dulzor.
Mi alma llena de anhelos
se aferra a nuestros cielos
de luz y color.