Cuando la tarde, incendia otra hoja del calendario
Llueve el silencio sobre mis años
Camino solo, detrás del tiempo por el espacio
Sin conocerme, como un extraño
No si aire el nota el perfume de los agravios
De la inocencia, del desengaño
No sé si el clima de la esperanza se pone agrio
No sé, y ¿para qué?
Alguna vez, con la mente pateando cascotes
Y en los labios, un chiflido como para parar de apuro
Algún pedazo de conciencia que anda suelto por ahí
Y que a veces se quiere escapar de adentro de uno
A buscar no sé qué adentro de los demás
Alguna vez decía, cuando los cascotes
Que pateaba eran mis propia porquerías
Y el chiflido era el ángel que trataba de sacarme
A los tirones de ese pantano negro que los hombres llamamos incertidumbre
Entre chiflido y tari rari
Canté estos versos
Cuando la vida, festeja el modo de los calvarios
Las sombras ruedan, los ojos llantos
Penetro al mundo de los pequeños abecedario
Donde las siene, no duelen tanto
Muero despacio mi vieja muerte me está esperando, desde aquel día del primer llanto
Tal vez mañana me ría de todo lo que he llorado
No sé, y ¿para qué?