Se la pasaba echao, panza pa abajo
como sapo aplastao por una rueda
su viaje más osao, fue la vereda
y le daba trabajo
cataratas de mate rempujaban
sus eructos de ajo.
Se jubiló de fiaca a los 50
fue Alpedero, de umbligo con pelusa
un día apercheró una rantifusa
y la enchufó a sirvienta
le hizo un pique de apuro en la cucusa
que ella ni se dio cuenta.
Se augerió de un infarto inmerecido
por el mate, ni hizo fuerza en la letrina
y el llanto que escupió la pobre mina
por su finao querido.
Está en el plato vacío, en la cocina
de este asunto jodido
suerte que el tiempo pasa y ve la mina
a su Alpedito crecido.