La negra noche es testigo
del duelo que hay en mi celda,
el cielo es mi único amigo
que entre las rejas se cuela.
¡Jamás se ha visto tan lindo
aunque la noche sea negra!
Después de rejas, mi pena
conmigo vaga desierta;
envidia al ave en su vuelo
y el alma sueña despierta.
Un grito rasga la noche,
un celador grita: ¡Aleeerta!
Quien fijo: "Una vez se vive",
no supo lo que decía;
parece ser que en la cárcel
se vive y se muere al día.
Quien dijo: "Una vez se vive",
no supo lo que decía.
¡Qué triste vivo cautivo
contando las horas muertas!
De aquellos que más me quieren
me alejan pesadas puertas.