Una noche fría me encontré un amigo cruel,
quería convencerme de lo bueno que es perder.
Caminamos juntos y en la luz de algún farol
mi sombra se iba para otro rincón.
Lo intenté de nuevo y busqué otra claridad,
mi sombra se iba al mismo lugar.
Pensé en algo bueno, tenía que olvidarme de mí
y me fui tan lejos que ya me perdí.
Qué difícil es seguir viviendo lejos de mí.
Qué difícil es seguir viviendo lejos de mí.
Qué difícil es vivir lejos de mí.
Hablé con el tiempo de un pasado triste,
estaba tan sordo no me podía entender.
Enajenado por la misma canción de Dios,
se derrite el hielo, el viento se escapó.
Qué difícil es seguir viviendo lejos de mí.
Qué difícil es seguir viviendo lejos de mí.
Qué difícil es vivir lejos de mí.