Crujió la espalda del tiempo, desperezándose en años.
Escalera sin peldaños no llega a ningún lugar.
Y qué va a llegar. Si todavía ni empezamos.
No hay seguro sin candados ni libertad sin dolor.
Cuando se muere la tarde, mejor momento del día,
los rosados funerales hacen que sea inmortal.
Y no muere más. En la retina quedaba
un sol que se desangraba jurando que iba a volver.
Jurando que iba a volver.
No quedan palabras que yo pueda entender,
ninguna razón de que la magia no exista.
Existe la magia y siento el dolor aún
de la herida abierta en tu corazón.
Dolor aún.
Somos esclavos del tiempo acumulando pasado.
El dictador te sentencia lo que ya no podés ser.
Injusta razón. Te traicionó la experiencia.
Convirtiose en una piedra en tu caminar.
Un ave que volaba, un niño que reía,
una madre llorando lágrimas del corazón.
Y la humedad. Debilidad le regaba,
floreciendo en ramas, ganas de perdonar.
Ganas de perdonar.
No quedan palabras que yo pueda entender,
ninguna razón de que la magia no exista.
Existe la magia y siento el dolor aún
de la herida abierta en tu corazón.
Dolor aún.